Cuando subí al asiento delantero de la Grúa estaba molesto con el Chofer, la razón: minutos antes se había negado llevar en la cabina a mi esposa y a mi hija, aduciendo que estaba contra la ley llevar a 3 personas. Encima, cuando le propuse que entonces ellas viajen en la cabina y yo dentro del carro remolcado tampoco quiso, se negó, dijo que también estaba prohibido por la ley y que no era seguro para mí. Me lo dijo de forma cordial y educada pero igual me jodió, “De cuando acá las personas se volvieron tan correctas?” me pregunté, “Chochera me vas a hacer gastar 30 soles en taxi si ellas se van a parte, cuando podemos ir los 3 aquí, nadie se va a dar cuenta”, le insistí (soy muy persuasivo cuando me lo propongo) pero el tipo permaneció firme. Tuve que enviar a mi hija y mi esposa en taxi y subir solo a la cabina de la Grúa y minutos después el Chofer empezó a conversarme, yo seguía molesto con él y le respondía a medias, pasados unos minutos comencé a examinar el interior de la Cabina, vi varios avisos pegados, varios de ellos hacían referencia a las leyes que impedían llevar más de 2 personas en la Cabina y en el interior del carro remolcado, las leyes que hace unos minutos yo había intentado quebrar. Recordé la escena, yo insistiendo, el tipo negándose amablemente y mi hija y esposa mirando y escuchándolo todo. Sentí vergüenza. ¿Qué clase de ejemplo le estaba dando a mi hija?, yo que siempre me quejo de la informalidad y la criollada, había intentado burlar la ley por ahorrarme unos soles, unos soles que ponían en riesgo mi seguridad y la de mi Familia. Miré al Chofer de reojo y le dije: “Gracias amigo.” “¿Por qué Señor?” me preguntó, “Por permanecer firme y no dejarse convencer, gracias por darme una lección de Urbanidad”, “De nada Señor” me dijo el Chofer y siguió manejando con una sonrisa de orgullo en la cara...
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