Mi vecina la K

Mi ex esposa y madre de mi hija se ha mudado a mí cuadra. Lo venía anunciando desde hacía un tiempo y a finales del año pasado lo cumplió: alquiló un cuarto en mi misma calle y se vino con todas sus chilpas.
Al principio costó un poquito y hubo algunas cosas que ajustar, pero hoy, luego de 45 días de convivencia, debo decir que la decisión de K nos ha beneficiado a todos.
Por el lado de nuestra hija, es obvio que tener a su mamá más cerca, la beneficia y la hace más feliz en todo aspecto. Y por el lado de K y mío nos ha beneficiado también, ya que ahora podemos compartir la compañía de nuestra hija por tiempos iguales, lo cual es más justo para ambos.
Ahora los dos podemos dormir cerca de ella en las noches, despertarla por las mañanas, atenderla antes de llevarla al Colegio y si cualquiera de los dos tiene algún compromiso, puede encargársela sin problemas al otro para que la cuide en su ausencia.
Pero la verdad (siendo egoísta) para mí la más grande ventaja de que K viva cerca, es que hemos llegado a un acuerdo en el cual compartimos los gastos de la comida y ella se encarga de cocinar para los tres (antes nos cocinaba una tía mía y la verdad su sazón dejaba mucho que desear), de esta forma ambos gastamos la mitad y los tres comemos más rico.
Un tema aparte fue contarle a nuestras respectivas parejas de cómo iban a funcionar las cosas ahora, porque a ver díganle a su actual novia “A que no sabes amor?, mi ex se va a mudar cerca y ahora nos va a cocinar”, obviamente la idea la va a perturbar un poco no?.
Gracias a Dios tengo una novia inteligente, comprensiva y lo suficientemente segura en sí misma, para entender que todo esto que hago es por el bienestar de mi hija. Y a través de estas líneas quiero decirle que la amo y la valoro mucho.
Divorciarse no es nada fácil. De hecho, es la experiencia más fea y dolorosa que me ha tocado vivir. Pero de acuerdo con mi experiencia, creo firmemente que si todos los involucrados dejan a un lado sus resentimientos e intereses (emocionales o de otra clase) y piensan únicamente en el bienestar de sus hijos, la tempestad se va calmando de a pocos y al final llega la tranquilidad.
Y tranquilidad para mi es poder salir a caminar de noche con mi vecina la K, con nuestra hija en medio cogiéndonos a ambos de la mano, sonriendo, sabiendo que no estamos haciendo nada malo y confiando en que las personas que nos aman lo saben también...