Hace 31 años la marca americana "Santa Cruz" encargó al dibujante Jim Philips diseñar un logo para sus Skates. Sentado en la mesa, listo para empezar a dibujar, apretó con la mano el lápiz y pensó en lo poderosa que es la mano y cómo los artistas la han usado desde siempre para expresar emociones, entonces se le ocurrió dibujar una "Mano que grita" ("Screaming Hand").
A inicios de los 90s los Skates "Santa Cruz" se pusieron de moda por estos lares, lo "malo" era que las tiendas de aquí no los vendían, y si los vendían estaban carísimos, aprox. 250 dólares, un precio inaccesible para mí o cualquiera de mis amigos del barrio. Así que nos acostumbramos a verlos "de lejos" en los pies de niños Miraflorinos o San Isidrinos, cuando íbamos con nuestras destartaladas patinetas a montar en la "Rampa Skate Park" que quedaba en la Av. Javier Prado. Un día, mientras montaba skate en mi cuadra, se me acercó un chiquillo de unos 19 años, "Oye chibolo ven", y como yo lo conocía de vista (vivía cerca de mi casa), me acerqué. Entonces el abrió su mochila y me enseñó lo que tenía adentro: Era un skate "Santa Cruz". "Te lo vendo, habla, 100 luquitas nomás", me dijo, y yo me quedé mirando el Skate como si fuera una olla con oro, "Pruébalo si quieres", entonces lo sacó de la mochila y me lo dió, yo nunca había montado un Santa Cruz original, era otra cosa, la madera, la lija, las llantas, los trucks, todo era chévere, no pesaba, los baches de la pista no se sentían, y cuando lo alcé y vi el logo de la "Mano que grita" en sus llantas, supe que ese Skate debía ser mío a como de lugar, "Préstamelo y espérame aquí un toque". Así que caminé hasta mi casa con el Skate bajo el brazo; vamos!, yo sabía que ese Skate era robado, lo supe desde que lo vi, pero yo tenía 13 años y deseaba ese Skate con todas mis fuerzas. Así que fui donde mi madre y le supliqué para que me lo comprara, "Ya pues mamá, yo saco buenas notas, me porto bien, ya no te pediré nada en navidad, ni en mi santo, ni en todo el año". Mi madre, que no sabía absolutamente nada de Skates, pero si de economía familiar, me preguntó por qué debía pagar tanto por un Skate usado, así que salió a la calle a negociar con el vendedor, y Luego de 15 minutos, el Skate era mío, mi madre regateando consiguió que le bajaran el precio a 80 soles. Nunca me puse a pensar que esa patineta le pertenecía a otro niño, y que tal vez hasta lo habian lastimado para robársela, no, lo único que pensé en ese momento fue en mi, en satisfacer el irrefrenable deseo de posesión que me invadió cuando la vi, pero vamos, tenía 13 años, era egoísta, desconsiderado, irresponsable, un huevón .. ya está. Pasaron los años y el logo de la "Mano que grita" se convirtió en una imagen de culto mundial, tal es así que el año pasado en Estados Unidos se organizó una exposición donde varios artistas presentaron obras relacionadas con el famoso logo, esta presentación dio la vuelta al mundo. En mi caso la "Mano que grita" se convirtió en un símbolo de mi niñez, en un dibujo que cada vez que lo veo me recuerda las muchas experiencias que pasé con ese Skate, buenas y malas, y hoy que lo vi, luego de mucho tiempo, me acordé de esta historia y quise escribirla, o tal vez simplemente dejé que mis manos la gritaran..
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5 comentarios:
caray! habia visto ese logo, pero no tenia idea de lo que significaba!
Me dejaste pensando en lo del propietario original del skate.
Suerte! que bueno leerte!
Me gusta mucho ese logo y ahora tambien q se lo q significa, te leo hace unos meses y cads cierto tiempo vengo a ver si hay algo nuevo tuyo (y) bendiciobes desde el salvador.
Me gusta mucho ese logo y ahora tambien q se lo q significa, te leo hace unos meses y cads cierto tiempo vengo a ver si hay algo nuevo tuyo (y) bendiciobes desde el salvador.
Muchas gracias Vanessa por leer, y bendiciones para ti también :)
Si aún lo tienes, puedes intentar venderlo por Internet y sacarle un buen precio.
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