Hugo el Parrillero

“¡Ayyyyy…. que lindooooooooooo….. un ositoooooooooooo!”, soltaron las mujeres en coro, los hombres solo atinaron a quedarse mirando el oso como cojudos y yo solo deseaba que la tierra se abriera en ese momento y me tragase…

Minutos después, ya solo en mi sitio, observé con detenimiento las flores, el oso, y los bombones de chocolate que la K me había enviado al trabajo y sonreí para mi solo, “Muchas gracias, lindo detalle”, le escribí en un mensaje de texto…

El oso que me regaló la K era uno de esos “Osos Hugo” que vende Rosatel, tenía una pañoleta roja en la cabeza y un mandil negro que decía “SR. PARRILLERO”, era un oso bien chévere valgan verdades, así que lo puse en la parte de arriba de mi escritorio, al lado de un retrato en el que aparezco yo con Camila el día de mi cumpleaños.

Coincidentemente, dos semanas después, llegó al trabajo un correo del gerente de recursos humanos. En él se prohibía “terminantemente” colocar en el escritorio artículos que no tuvieran que ver “estrictamente” con el trabajo, así que los adornos, amuletos, retratos, muñecos, peluches y demás mariconadas, tenían que retirarse en un plazo no mayor a cinco días de la “work area”, ¿Porqué?, “Porque iba a haber una revisión, por una cuestión de seguridad…” algo así decía el correo….

De más está decir que esa norma me pareció una gran cojudés, pero bueno, como “Donde manda capitán…” a la hora del almuerzo opté por retirar varias de las cosas personales que tenía en mi escritorio y meterlas todas en una gran bolsa, entre ellas, obviamente, a mi oso Hugo el Parrillero…

Esa noche cuando regresé a casa, fui sometido a un pequeño interrogatorio por la pequeña Cami…

• ¿Esa osita es para mi papá?
• No es osita hijita, es osito
• Pero tiene vestido
• No es vestido, es un mandil parrillero
• ¿Qué es eso?
• Es una ropa que se ponen los hombres para freír la carne y no ensuciarse
• ¿Y porqué tiene gorrito de mujer?
• No es un gorrito de mujer, es una pañoleta
• Es una osita papá… ¿No te das cuenta?
• Caracho, que no hijita, este osito es recontra varón, se llama Hugo, es un oso que hace parrillada los sábados mientras se toma sus chelas con sus amigos
• No papá… Ay… Bueno ya que importa, ¿Me lo prestas para jugar con él?
• Si hijita, pero con cuidado ¿ya?, porque este osito es de papá
• Pero los grandes no tienen juguetes, solo los niños
• Si, pero este osito es un regalo de mamá, así que es mío, te lo voy a prestar, pero me lo vas a cuidar ah…
• Ya papá, está bien… yo te lo voy a cuidar

Prendí la computadora y me puse a mirar mis correos, mientras la K terminaba unos trabajos de su chamba, la Cami se fue a jugar al cuarto con sus peluches. Casi una hora después la K nos llamó desde el comedor, la cena estaba servida, “Tráela a la Cami” me dijo…

Cuando entré al cuarto la Cami había colocado a todos los peluches encima de su cama como si fuera un salón de clases (a la Cami le encanta jugar a la profesora) entonces escuché que les decía a sus alumnos “Ya chicos… tranquilos, tranquilos… por favor denle la bienvenida a su nueva compañerita… la osita Francesca...”

¿La osita Francesca?, cuando volteé a ver el muñeco que Camila sostenía entre sus manos sentí como si me cayera encima un baldazo de agua fría… “¡No Camila!, ¡qué has hecho!”

Camila le había quitado sus ropas a mi oso, le había puesto uno de sus calzones, un vestidito de cuando ella era un bebe, un collar de su mamá, un par de aretes, y había transformado al oso Hugo el Parrillero en una coqueta osita “Francesca”…

• Ya ves papá, te dije que era una osita
• ¡Camila, me lo has “travesteado” a Hugo el Parrillero!
• ¿Traves… qué?
• Travesteado, travesteado…
• No papá, yo solo le puse otro vestidito
• Ya pues, eso mismo, le has hecho un cambio de sexo sin su consentimiento, ¿Porqué has hecho eso?
• Es que así se le ve más “monita”
• Pero ya te he dicho que el oso Hugo es varón, no es una mujer…
• ¡Pero no tiene pene!
• ¿¿Ahhh??
• No tiene pene pues, no tiene pene, yo le he visto, le quité su vestidito y no tenía pene, ¿te lo dije ves?, es una osita, por eso le puse su calzón…
• Ja, ja, ja……… Ayyyy hijita………

Cuando la K entró al cuarto y vio la nueva "versión" del oso Hugo el Parrillero, se mató de la risa y luego de varios minutos de intenso debate familiar, coincidió con su hija en que así se le veía mejor...