martes, 30 de octubre de 2012

Viernes, 10:30 pm

Una amiga me manda un mensaje al celular diciendo que quiere hablar conmigo urgente, que le ha pasado algo feo y que se siente muy mal… la verdad no tengo muchas ganas de salir, pero tengo esto que cuando alguien me pide ayuda por lo general digo que sí. Así que me pongo cualquier cosa, prendo el carro y me encuentro con ella en un parque cerca del malecón. Cuando llego mi amiga está mirando el mar apoyada contra un muro, al verme sonríe, me acerco y me comienza a contar… Resulta que mi amiga estaba saliendo con un pata desde hace varios meses, el pata parecía bueno: 5 años mayor que ella, buena chamba, buena caña, etc etc.. a primera vista era aquello que las mujeres llaman "un buen partido". Pero resultó lo contrario, el huevon había tenido enamorada y mi amiga los acababa de descubrir en la reuna de un amigo en común y todo se fue a la mierda, "Lo peor de todo...", me dijo mi amiga, "... es que una semana antes lo habíamos hecho" y luego de decir esto mi amiga se puso a llorar, entonces yo la abracé pero no supe que decirle, porque sabía que esa había sido su primera vez y en vez que sea algo especial, este conchasumare había estado detrás de ella solo para darse el gusto, era obvio, pero no podía decirle algo así, así que le dije que ella valía mucho y que pronto encontraría a alguien que la merezca y todo aquello que -se supone- uno debe decir en estos casos... y entonces ella me abraza más y se me pega más y luego de un rato me dice que hubiera preferido que su primera vez fuera conmigo (hace tiempo nosotros salíamos) y yo me quedo callado y no sé qué decir, pero luego para hacerla reír le digo en broma "Que importa, me conformo con la 2da vez" y ella se ríe y contra todo pronóstico me dice que "Ya pues", y yo me quedo huevón y le digo "Estás jodiendo no?" y ella me mira y me dice que no, que quería relajarse y olvidarse de esa wada y que si yo quería nos íbamos a tomar unas chelas y luego "por allí"… en ese momento muchas cosas pasaron por mi mente, "Qué mierda hago?, porque en verdad si pasa algo nadie se va a enterar, mi amiga sabe que tengo novia y por lo que veo no le importa, ella no quiere estar conmigo en serio, lo único que quiere es algo de cariño para relajarse un poco y olvidarse del mal rato, y la verdad a mi mi amiga me calienta un montón, pero tengo novia carajo TENGO NOVIA!!!"...


30 minutos después…
Estoy en el carro regresando a mi casa, al final dejé en el paradero a mi amiga, decidí no ser infiel y esto ha provocado que en estos momentos tenga 2 sentimientos encontrados: 1) Me siento con la conciencia tranquila por haber respetado a mi novia y 2) Me siento un reverendo huevón y me encuentro más arrecho que la putamare… Así que le mando un mensaje por el whatsApp a un amigo para conversar y meterme unas chelas que me calmen un poco la calentura… El huevón me contesta que no puede, que está cenando con su novia, y la verdad a mi me llega al pincho porque una vez este mismo huevón me llamó al celular de madrugada (yo ya estaba jateando) y yo me desperté y le dije que venga nomás y le escuché toda su mierda hasta el otro día... pero bueno... llamé a otro amigo, este otro amigo me contesta que también está con su flaca pero que vaya igual, así que voy a la tienda, compro un twelve-pack y me voy para el depa de mi amigo a quien encuentro ya un poco movido. La flaquita de mi amigo es bien linda, bien linda y bien chévere… mi amigo más bien es todo lo contrario, es feo, gordo, tosco y habla un culo de lisuras, cuando me dicen que les cuente lo que me había pasado prefiero no hacerlo (la flaca de mi amigo conoce a mi novia y tal vez podría contarle) además la wada ya pasó y ahora lo único que quiero es tomarme un trago tranquilo. Así que estábamos hablando de lo más normal, yo les contaba que el hermano de mi novia no me pasa porque soy mucho mayor que ella y además tengo una hija, y la novia de mi amigo por seguirme la conversa me dice que su hermano tampoco pasa a mi amigo y que una vez tuvieron una palta fea, y me estaba por contar más cuando mi amigo la mira con cara de mierda y le dice "Puedes dejar de hablar tanta cojudés?" y su flaca lo mira palteada y le dice "Ya, está bien".. pero mi pata ya se asó, toma otro trago de chela y vuelve al ataque "Sabes que me llega al pincho que hables de ese huevón", y yo les digo que mejor voy al baño (para darles tiempo que se arreglen), subo al 2do piso y mientras camino inspecciono el departamento de mi amigo, que es nuevo y está de puta madre y pienso que algún día (no muy lejano) yo también me voy a comprar uno igual para vivir con mi hijita…


3 horas después…
Son casi las 4 de la madrugada y me estoy regresando a mi casa caminando por la avenida san felipe cuando escucho que unos patas detrás mío me pasan la voz, yo volteo y me dicen "Brother tienes 10 luquitas?" y yo les respondo que "No, que tengo 20, pero no les voy a dar ni mierda" y ellos me dicen que me creo pendejo y yo les digo que no me creo sino que soy pendejo y que soy de Surquillo y demás cojudeces que se me salen cuando estoy borracho, entonces parece que los patas se la piensan dos veces, porque no me dicen nada más y yo agradezco a Dios porque la verdad no tenía ganas de pelearme y mucho menos de correrme...


2 horas después…
Suena la alarma de mi celular, no he dormido casi nada pero igual me levanto porque tengo que ir a correr, me estoy entrenando para la carrera de 10 kilometros organizada por Nike, que es el 11 de noviembre y los sábados me toca "fondo", es decir correr 12 kilometros para sacar resistencia, así que salgo a la calle con una resaca de la granputa y con los audífonos a todo volumen en "last resort" de papa roach, me pongo a correr a un ritmo suave por la avenida san Felipe hasta llegar a la Salaverry, luego me voy de frente hasta Pezet y llego al Golf, le doy una vuelta entera y luego me regreso a mi jato arrastrando mi cuerpo decadente por toda la Salaverry (y encima de subida!) sudando como chancho y escupiendo como llama, arrepintiéndome en cada paso de no haber tomado mi vaso de hidratante antes de salir de mi casa para que no me pase esta wada…


5 horas después…
Mi novia llega a mi casa y me pregunta que hice ayer, le cuento a medias un poco de todo (obviamente saltándome la "proposición indecente" de mi amiga) y ella me dice que me siente un poco raro, entonces yo le digo que no tengo nada, que la he extrañado mucho y la abrazo, la abrazo muy fuerte y le doy muchos besos en la frente y en los cachetes, luego nos vamos a mi cuarto a ver películas, luego hacemos el amor bien rico y luego nos vamos a hacer compras al supermercado, y mientras la veo empujar el carrito a mi lado, sonriendo feliz de oreja a oreja, pienso que hice bien en no portarme mal anoche y que no hay nada más lindo que estar con la persona que uno ama, teniendo la conciencia totalmente limpia…


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jueves, 11 de octubre de 2012

Lalo

Lalo era alto, flaco, de cabello marrón lacio y largo, nariz afilada, de aspecto relajado, siempre con una sonrisa chueca en la cara, por esas épocas tendría como dieciocho años y andaba siempre con un gorro de vaquero en la cabeza… Los chiquillos de mi cuadra admirábamos mucho a Lalo, lo admirábamos por como jugaba al futbol, por la forma como peleaba, por las bromas pendejas que hacía y por lo bien que se vestía… pero sobre todo… admirábamos a Lalo, por todas las chicas bonitas con las que siempre paraba…
Cuando Lalo pasaba por nuestra cuadra todos lo saludábamos con respeto “Habla Lalo” y él nos contestaba quiñándonos el ojo y con su sonrisa rara “Y muchachos?” y todos nos sentíamos orgullos porque Lalo nos conocía y nos pasaba la voz…
Lalo paraba siempre con el mismo grupo, otros muchachos Surquillanos que lucían parecido a él y que por las tardes, a eso de las 6 pm, se desaparecían en un Volkswagen amarillo rumbo a las calles de Miraflores y regresaban bien de noche con la mochila llena de relojes, zapatillas y skates importados… cosas alucinantes que luego nos remataban a los chiquillos del barrio…
Pero hubo un día en que Lalo desapareció del mapa y tiempo que no se le veía por la cuadra, le pregunté a mi hermano mayor y me dijo con la educación y la prudencia que lo caracterizaba “A ese weon del Lalito lo han metido en cana por choro”…
...
Pasaron como dos años para volver a ver a Lalo, yo estaba en la calle conversando con mis amigos cuando lo vimos aparecer en la esquina, al principio no lo reconocimos, pero luego cuando otros chicos grandes se acercaron a saludarlo supimos que era él.
Estaba excesivamente flaco y con el pelo muy corto, vestía ropas feas y tenía la cara huesuda y llena de marcas producidas por un acné que antes no tenía, lucia como enfermo… Luego de que terminó de hablar con esa gente pasó por nuestro lado, pero cuando lo saludamos no nos respondió, se pasó de frente mirando el suelo con destino a su casa…
Cuando llegué a la casa le conté a mi hermano que había visto a Lalo en la calle y mi hermano me respondió “Bien feo está el conchasumare no? la gente dice que en la cárcel se lo han cachado y lo han dejado medio loco”
Una noche de la semana siguiente yo estaba solo en la esquina con mi skate, estaba practicando unos trucos que había visto en un video cuando de pronto vi que alguien salía de un callejón y se acercaba a mí, llevaba pantalones anchos y una capucha, cuando estuvo lo suficientemente cerca noté que era Lalo… “Habla Lalo” lo saludé, pero él no me contestó, me quedó mirando de forma rara, como si no me conociera, luego de un rato me dijo “Chibolo préstame tu skate”…
Yo tenía 13 años pero no era cojudo, sabía que si le prestaba mi skate a Lalo no lo vería más, sabía que Lalo estaba fumadazo y no se acordaba quien era yo, sabía que en cuanto Lalo se subiera a mi skate correría a venderlo para comprar más de esa cosa que fumaba desde que salió de la cárcel, y si yo no me dejaba seguro me iba a pegar (como seguro le pegó al chiquillo a quien se lo robó años atrás para vendérmelo a mí)…
Me sentí solo, pequeño, débil y con mucho miedo en aquella esquina oscura… “Ya pe suelta, doy un paseo al toque y regreso” dijo haciéndose el buena gente… “No pe Lalo, justo ya me iba a quitar a mi casa”… “¿Cómo? ¿No me vas a prestar?” dijo esta vez sujetándome del brazo, mirándome con esos feos ojos rojos…
De pronto se escuchó un silbido a lo lejos y ambos volteamos a ver de dónde provenía… en la puerta de mi casa apareció la figura de mi hermano mayor, “Apúrate oe carajo! A tragar!”…
Lalo me soltó el brazo y me preguntó “Eres hermano de patevieja?”, “Si” le respondí, aun asustado… Luego me soltó el brazo y se fue caminando balbuceando “Ese patevieja… cague de risa es…”

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