El miércoles en la noche, venciendo mis miedos y luego de postergarlo por años, ingresé al consultorio de un dentista. Estaba decidido, no importaba el costo ni el dolor al que me someterían. Esa misma noche aguantaría lo que sea para que me cambien esa horrible corona de mierda que me pusieron hace como quince años en el consultorio dental del partido aprista (“La casa del pueblo”).
Así que luego de decirle al doctor textualmente lo que quería, y de decirme él lo que me costaría "en soles de oro" dicha operación, me ordenó sentarme en la silla, abrir la boca, y al toque nomás, sin anestesia ni nimierda, comenzó a taladrar (con toda la pana) la corona por ambos lados, según él mismo dijo, para que hubiera de donde cogerla y así poder extraerla. Yo lo único que hice fue cerrar mis ojos y acomodarme lo mejor que pude en el sillón, y la verdad luego de algunos minutos no la estaba pasando tan mal.. “definitivamente la tecnología ha mejorado carajo, ya casi ni duele esta huevada..”, pensaba cojudamente, de pronto le escuché decir al doctor a su asistente “Pásame el removedor de coronas”, y ahí fue señores (¡ahí fue carajo!), que comenzó el sufrimiento para este servidor… y es que el doctor (un chato macucón que mas parecía un cachascanista) comenzó a martillar por todos sus lados a la corona para removerla, y cada pérfido golpe que asestaba con crueldad, hacía que se me moviera toda la mandíbula y que yo sintiera un profundo dolor, “ayyyy como duele esta mierda carajo laputaquetepario enano y la conchadetuhermana!!!!!!!!” gritaba yo para mis adentros, mientras el doctor continuaba chancando y chancando hasta que luego de varios minutos logró al fin sacar la maldita corona, “Aquí está… lo logramos…”, dijo el doctor con gesto triunfal, y yo sentí que me dolía no solo la mandíbula sino el cráneo entero..
Luego de casi una hora de trabajo, el doctor me pasó un espejo para que me viera, la fea corona de amalgama había sido reemplazada por una nueva y apulentada corona de resina del color de mis dientes, al ver mi nueva sonrisa en ese espejo me sentí muy bien, sentí que todo el dolor que habia sentido, había valido la pena…
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El jueves la sirenita del mar fue victima de una feroz tos que no la dejó dormir en toda la noche. Así que al otro día, muy temprano, junto a su mamá la llevamos al doctor para que la chequeen. Luego de observarle minuciosamente el interior de la boca con una linterna, el galeno nos ordenó mirar a nosotros, y cuando lo hicimos, ambos pudimos ver horrorizados la inflamación horrible que tenía nuestra bebe en su gargantita, la cual estaba del color de la sangre y con varias supuraciones.
Ipso facto el doctor ordenó a la enfermera que a la niña se le tomaran varios análisis, que le pusieran un par de inyecciones y que finalmente le colocaran una pieza plástica en la boca para que así pudiera inhalar medicamentos líquidos en forma de vapor (la nebulizaron)… no saben como lloró mi pobre bebé con todas esas… cosas… pobechita …
Luego de algunas horas de espera (el doctor inicialmente pensó que se trataba de una clase de hepatitis, menos mal que se equivocó..), al fin pudimos llevarnos tranquilos a nuestra gordita a su casa, la visita al doctor fue buena después de todo, y esa noche mi princesa consiguió dormir como Dios manda... mi gordita es mi héroe…
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El viernes en la noche tenía cita con la dermatóloga, la razón: por primera vez en mi vida me haría un peeling para atenuar las marquitas que me había dejado un maldito acné que me aquejó durante toda mi adolescencia y parte de mi vida adulta. Me encontraba tranquilo, la doctora (a diferencia del dentista de la vez pasada) era una pequeña mujercita coloradita y agraciada, “esta chiquita sería incapaz de provocarle dolor a alguien..”, pensé, y me recosté tranquilo en su diván para que diera inicio al procedimiento.
Grande sería mi error, luego de limpiar mi rostro con un montón de cremas, la doctora comenzó a esparcirme una cantidad de ácidos sobre las zonas afectadas, al principio, sentí solamente un liguero cosquilleo, pero luego de algunos minutos comencé a sentir un profundo y terrible ardor en toda la cara, al instante la doctora pasó de ser una “dulce pequeña agraciada” a ser “una malvada chata de mierda”, de mis ojos empezaron a brotar descontroladamente las lagrimas sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, el ardor era horroroso, la cosa con el dentista había sido un juego de niños comparado con esto, que fea sensación porlaputamadre… como la doctora se daba cuenta de ello, comenzó a preguntarme cosas, cosas de mi vida, para que así yo me distrajera y olvidara del dolor, así que nos enfrascamos en una charla intima en la cual tanto ella como yo nos contamos en pocos minutos nuestra vida entera y nuestras más ocultas paltas existenciales, y la verdad que hacer esto me ayudó un poco de soportar el dolor, la tipa obviamente conocía su chamba…
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Es sábado por la mañana y me miro en el espejo, mi cara luce horrorosa, está llena de manchas marrones que parecen costras, me asusto y llamo a la doctora…
“Doctora, soy Jose Arguedas, ayer me hizo un peeling, se acuerda de mi?”
“Claro.. claro Jose… dime…”
“Doctora, hoy he amanecido con la cara hinchada y llena de manchas marrones… ¿esto es normal?”
“Si Jose… eso es normal…”
“Doctora, pero está horrible, parezco Freddy Krueger… ¿cuando van a desaparecer estas cosas de mi cara?”
“Aproximadamente tres días Jose…” –dijo ella muy tranquila-
“¿Tres días?... pero doctora estamos recién sábado, ¡y yo tengo que ir a trabajar el lunes!”
“Pero vas nomás pues Jose… así es el tratamiento, recuerda que tienes que aplicarte la loción solar que te receté, recuerda que no puedes exponerte al sol…” -la tipa era un robot definitivamente-
“Ok doctora…”
“Si te dura mas de una semana las manchas me vienes a visitar ok?” –dijo finalmente muy tranquila, como cerrando el tema-
“Ok, así será…” –¡Una semana! ¡Noooooooooo..!-
“Bye Jose”
“Bye doctora” –chata traidora, me re-cagaaasteee…-
Así que aquí me tienen, encerrado en mi casa, con la cara llena de costras y cubierta de protector solar, rogándole a todos los santos que esta maldita huevada me pase para el día lunes. Porque de persistir esta situación embarazosa, no sé como haré acto de presencia en la chamba, a menos claro, que asista el lunes con una mascara tipo Jason (el monstruo de viernes 13) que me cubra la cara, diciendo a todos que me confundí de día y que pensé que era halloween…
Fin.
Pd1: Se adjunta para el jolgorio general, esta foto horrorosa del momento exacto en que me aplicaron esos ácidos de mierda sobre mi carita… nótese la expresión de dolor en mis ojos… (la foto de como estoy ahorita, esa si no la cuelgo ni aunque me paguen un palo verde.. jaaaaaaa.....)
Pd2: Por si acaso no me he olvidado de continuar con la historia de Juan Vargas, sino que esta semana pasaron todas estas cosas, y creo que valía la pena contarlas…
Pd3: Si te gustó este doloroso post entra a este link y vota… es solo un clic y yo lo apreciaré mucho… :-)
Cumpleaños del Doctor Bilardo
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